Sócrates
dice que son los filósofos los que deben gobernar la ciudad, con el fin de que
es natural para los filósofos dirigir la ciudad y para el pueblo, seguir al que
dirige.
Clasifica a los filósofos verdaderos a aquellos que sean incorruptibles y que siempre
estén en búsqueda de la justicia y de la verdad; apasionados por siempre
aprender más y más.
Si aquel que dice que es filósofo es lento para aprender y olvidadizo, no es un
verdadero filósofo, ya que todo su trabajo va a ser sin fruto.
Afirma, después, que las ciudades no saldrán de sus males, como la corrupción,
hasta que un filósofo sea el que gobierne.
Pone como un ejemplo al marinero; diciendo que la persuasión o la fuerza es lo
que hace al jefe, y ponen como inútil al que no usa la fuerza bruta, sin saber,
que para ser un buen capitán o piloto, es necesario tener conocimiento de las
estaciones, del cielo, del viento y de todo aquello.
La filosofía debe de ser sembrada en una persona desde que es niño, con conocimientos
aptos para su edad, y mientras la persona va creciendo, se le irá llenando cada
vez más de conocimientos acorde a su madurez; si estos conocimientos crecen en
un lugar o de una manera que no es adecuada, puede llegar a todo lo contrario.
Cuando crece y se convierte en filósofo, aquella persona tiene que ser todo lo
ordenada y divina que puede ser.
Comenta también, que los filósofos viles no pueden ser los más perfectos para
cuidar una ciudad, ya que se dejan arrastrar a donde los quiera llevar su
espíritu y no existe fijeza, así que tiene que ser alguien que también tenga
carácter firme; guerreros que les cueste moverse y aprender, y con conocimiento
(ya que menciona que las opiniones sin conocimiento son defectuosas) para que
de esta manera el gobernador tenga aptitudes de ambos grupos.
A mi parecer, quiso describir al humano como un tipo de alma, que cuando es
iluminado por la verdad (filósofos) demuestra tener inteligencia, pero cuando
fija la vista en algo que está en penumbras (perversos), no hace otra cosa que
concebir opiniones y parece estar privado de toda inteligencia.
Es por esa razón, por la que Sócrates, y Platón quieren describir al gobernador
ideal, o jefe de ciudad, como un filósofo, porque son amantes de la verdad, y
de esta manera, el pueblo vivirá con justicia, veracidad, transparencia y con conocimiento.